05 noviembre 2012

EL planeta Tierra en el momento de la desaparicion de mu hace 14,500 años



    Thao entonces me explico que debido a que mis poderes psíquicos no estaban lo
suficientemente desarrollados y refinados, debía tomar un elixir especial para poder
participar en una experiencia muy especial. Era algo así como ahondar en la psicoesfera del
planeta Tierra en el momento de la desaparición de Mu, esto es, alrededor de hace 14,500 años me explico ella.

Lo que entendí acerca del término psicoesfera es lo siguiente:
Desde la creación de un planeta, este esta rodeado por un psicoesfera o capullo de
vibracion, el cual se mueve a una velocidad de 7 veces la de la luz. Este capullo actúa como
un papel secante o como una esponja, absorbiendo (y recordando)1 absolutamente cualquier
evento que ocurre en el planeta. El contenido de este capullo es inaccesible para nosotros en
la Tierra - no tenemos forma de leer su historia.
Es bien sabido que en los Estados Unidos los investigadores y técnicos se han empeñado
en desarrollar una "maquina del tiempo”, pero hasta ahora no han tenido éxito. De acuerdo
a Thao, la dificultad esta en adaptar la maquina a las vibraciones del capullo en vez de a
longitud de ondas. El ser humano, el cual forma parte integral del universo, puede sacar
todo el conocimiento que desee de la psicoesfera si su cuerpo astral es debidamente
entrenado. De hecho se necesita un gran entrenamiento para lograrlo. ‘Este elixir te
permitirá acceder a la psicoesfera Michel.’
Los cuatro nos acostamos cómodamente en unas camas especiales. Fui puesto en el
centro del triángulo que formaban Thao, Biastra y Lationusi. Se me dio una copa que
contenía un líquido, el cual bebí.
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1. Adición del editor con consentimiento del autor.
2. “Gran entrenamiento” – mucha gente experimenta contacto accidental con la psicoesfera durante los
sueños. Visiones de heliógrafos, arquitectura y naturaleza son muy frecuentes. Gran conocimiento y
práctica son requeridos para controlar el acceso a la información de la psicoesfera. (Nota del Editor basada
en las explicaciones del Autor)
Ahondando en la psicoesfera 97
Entonces Biastra y Thao pusieron sus dedos ligeramente sobre mi mano y sobre mi plexo
solar, mientras que Lationusi puso su dedo índice sobre mi glándula pineal. Me pidieron
que me relajara completamente y que no tuviera miedo, pasara lo que pasara. Viajaríamos
en nuestros cuerpos astrales y estaría completamente a salvo bajo su guía.
Ese momento se quedo gravado en mi memoria para siempre, mientras Thao me hablaba
suavemente y despacio, mi miedo iba desapareciendo gradualmente.
Sin embargo debo confesar que al principio estaba muy asustado. De repente, a pesar de
que tenía mis ojos cerrados, fui deslumbrado por el color de un inmenso espectro que
brillaba y bailaba. Podía ver a mis tres acompañantes a mí alrededor, de un color radiante y
al mismo tiempo, traslucido.
La villa fue desapareciendo lentamente bajo nosotros.
Tuve la extraña impresión de que 4 hilos de plata nos unían a nuestros cuerpos físicos,
los cuales estaban alargándose en proporciones de montañas.
De repente, un flash cegador de un color blanco-dorado cruzo por mi “visión” y por un
corto tiempo no vi ni sentí nada.
Una pelota, brillante como el sol, pero de color plateado apareció en el espacio y se
acerco a nosotros a una increíble velocidad. Nos apresuramos, mas bien debo decir, me
apresure, debido a que ya no sentía la presencia de mis acompañantes. En el momento en
que penetre esta atmósfera plateada, no podía ver más que una niebla alrededor. Es
imposible decir por cuanto tiempo estuve envuelto, pero de repente, se disipo la niebla
revelando un cuarto rectangular con el techo muy bajo, en donde estaban sentados, cruzados
de piernas, dos hombres en unos hermosos cojines de colores.
Las paredes del cuarto eran de bloques de piedra finamente esculpidos. Las cuales
estaban adornadas con escenas de civilizaciones contemporáneas, con racimos de uvas que
parecían transparentes, con frutas y animales que no podía reconocer, algunos de los cuales
tenían cabezas humanas. También había figuras humanas con cabezas de animales.
Note entonces que mis tres compañeros y yo formábamos una “unidad”, la cual era una
masa gaseosa, pero aun así éramos capaces de distinguirnos.
‘Estamos en la cámara principal de la pirámide de Savanassa,’ dijo Lationusi. Era
increíble, Lationusi me había hablado en francés sin siquiera mover su boca. Después la
explicación vino inmediatamente: ‘Es telepatía Michel. No hagas preguntas, todo te será
revelado naturalmente y aprenderás lo que tengas que saber.’
(Debido a que mi obligación, al escribir este libro, es la de reportar mis experiencias,
tratare de explicar lo mas claramente posible el estado en el que estaba en el momento que
mi cuerpo astral paso hacia la psicoesfera – las palabras vi, oí y sentí, no fueron apropiadas,
ya que mas bien eran sensaciones que ocurrían espontáneamente, de una manera muy
diferente a como las experimentamos normalmente – y aun muy diferentes de lo que
experimentamos cuando viajamos en cuerpo astral.
98 La Profecía de Thiaoouba
Los eventos ocurrieron como en un sueño, algunas veces muy lentamente, otras a una
velocidad desconcertante. Todo lo que siguió me era muy evidente y aprendí después que
esto era debido al estado en el que estaba y por la supervisión de mis mentores.)
Rápidamente vi una abertura en el techo del cuarto y justo al final una estrella. Estaba
conciente de que las dos figuras estaban intercambiando pensamientos “visibles” con la
estrella. De sus glándulas pineales salía lo que parecía ser humo de cigarro de color
plateado, el cual pasaba a través de la abertura del techo e iba a reunirse con la estrella en el
espacio distante.
Las dos figuras estaban completamente inmóviles y una suave luz dorada flotaba a su
alrededor. Sabia, gracias a la tutela constante de mis acompañantes que estas figuras no solo
no podían vernos si no que tampoco podían ser molestados por nosotros, debido a que
éramos espectadores desde otra dimensión. Sabiendo esto, me puse a examinarlos más de
cerca.
Uno de ellos era un hombre anciano con largo cabello blanco, el cual caía sobre sus
hombros. En la parte trasera de su cabeza usaba un casquete de color azafrán, similar al que
usan los rabinos.
Vestía una túnica suelta de color amarillo-dorado, de manga larga, la cual lo cubría
completamente. En la posición en la que estaba sentado no me era posible ver sus pies, pero
“sabia” que estaba descalzo. Sus dedos se tocaban levemente, y yo podía ver claramente
destellos luminosos alrededor de estos, lo que daba testimonio de su inmensurable fuerza de
concentración.
La segunda figura parecía de la misma edad, a pesar de que su cabello era de un color
negro brillante. Vestía de la misma forma que su acompañante, pero su túnica era de un
color naranja brillante; estaban tan inmóviles que parecía que no respiraban.
‘Están en comunicación con otros mundos Michel,’ se me explico.
De repente la escena desapareció, para ser reemplazada inmediatamente por otra.
Apareció frente a nosotros un palacio con forma de pagoda, sus techos estaban cubiertos
por oro. Tenía varias torres, portales, y grandes ventanas, las cuales daban a unos
espléndidos jardines en donde se encontraban varias albercas con enormes fuentes de las
cuales brotaba el agua formando con esto hermosos arco iris bajo los rayos del sol y su
cenit. Cientos de pájaros posaban en las ramas de los árboles a todo lo largo y ancho de los
inmensos parques agregando pinceladas de color al ya de por si mágico paisaje.
Había varios grupos de personas vestidas con túnicas de diferentes colores y estilos
agrupadas alrededor de los árboles o cerca de las albercas. Algunos estaban sentados
meditando entre arbustos de flores dispuestos especialmente para su albergue y confort.
Toda la escena estaba dominada por una estructura que se podía ver a la distancia mas allá
del palacio; una inmensa pirámide.
Ahondando en la psicoesfera 99
“Sabia” que acabábamos de dejar esta pirámide y que ahora estábamos admirando el
maravilloso palacio de Savanassa, la capital de Mu.
Más allá del palacio, en todas direcciones, se extendía la meseta de la cual me había
hablado Thao. Un camino de al menos 40 metros de ancho que parecía estar hecho de un
solo bloque de piedra daba a la meseta desde el centro de los jardines. Estaba bordeado por
dos líneas de inmensos árboles junto con enormes estatuas estilizadas. Algunas de estas
estatuas tenían sombreros rojos o verdes de bordes anchos.
Vimos a varias personas ir por este camino montados en caballos y a otros en unos
extraños animales de cuatro patas con cabezas parecidas a las de un delfín, nunca había
escuchado ninguna referencia acerca de estos animales, por lo que su existencia me tomo
completamente por sorpresa.
‘Son Akitepayos, Michel, los cuales se extinguieron hace mucho tiempo.’ Se me explicó.
Dicho animal tenia el tamaño de un caballo muy grande, con una cola multicolor, la cual
algunas veces se abría como un abanico, algo similar a la cola de un pavo real. Sus patas
eran mucho mas gordas que las de un caballo; su cuerpo era bastante largo; sus hombros
emergían del cuerpo como el caparazón de un rinoceronte, y sus patas traseras eran mas
largas que las delanteras. Todo su cuerpo, a excepción de la cola estaba cubierto por un
largo cabello gris. Cuando galopaba, se asemejaba a la forma en que nuestros camellos
corren.
Senti muy fuertemente que estaba siendo guiado hacia otro lugar por mis acompañantes.
Nos adelantamos rápidamente a la gente que iba caminando, muy rápidamente pero aun así
pude escuchar algo de su lenguaje. Era muy placentero para el oído y parecía que estaba
compuesto de más vocales que de consonantes.
Inmediatamente se nos presento otra escena, de manera similar a cuando en una película
se corta una escena para mostrar otra. Al final de la meseta estaban alineadas varias
maquinas que parecían “platillos voladores” similares a los que describen los autores de
ciencia ficción. Había gente abordando y bajando de estas “maquinas voladoras”, las cuales
los dejaban en unos edificios enormes que sin duda servían como terminales aéreas.
En el campo de aterrizaje, las maquinas voladoras emitían un silbido que era bastante
tolerable para el oído. Se me había dicho que nuestra percepción del sonido era la misma
que la de la gente que formaba parte de la escena ante nosotros.
¡Me di cuenta que estaba siendo testigo de la vida cotidiana de personas que eran
indiscutiblemente muy avanzadas, y que habían estado muertas por miles de años! De igual
forma me di cuenta de que el camino bajo nuestros pies no estaba hecho realmente de
solamente un inmenso bloque de piedra, como parecía ser, sino que estaba formado de
grandes lastras, tan perfectamente cortadas, que casi no era posible ver las uniones.
100 La Profecía de Thiaoouba
Desde la orilla de la meseta teníamos una vista panorámica de una inmensa ciudad y de
un puerto marino, y más allá, el océano. Entonces casi instantáneamente nos hallamos en
una ancha calle de la ciudad, bordeada por casas de varios tamaños y diseños
arquitectónicos. La mayoría de las casas tenían terrazas rodeadas de flores en las que
algunas veces se posaba una hermosa especie de ave. Las casas más modestas no tenían
terrazas, en ves de esto, tenían unos hermosos balcones llenos de flores también. El efecto
era encantador, era como estar caminando en un jardín.
En la calle la gente caminaba o volaba aproximadamente veinte centímetros sobre la
carretera, en unas pequeñas plataformas circulares1 que no emitían sonido alguno. Parecía
una forma muy placentera de viajar. Aunque otros viajaban a caballo.
Al llegar al final de la calle nos encontramos con el centro del pueblo, me sorprendió no
ver tiendas de ropa o algo parecido, en su lugar había un mercado cubierto con aparadores
que exhibían todo tipo de bienes que el corazón o el paladar pudieran desear. Había peces,
entre los cuales pude reconocer atunes, bonitos, caballas, etc. Había muchas variedades de
carne, así como una increíble cantidad de vegetales diversos. Sin embargo lo que más
predominaba eran las flores que parecían llenar el área. Era claro que esta gente amaba las
flores, ya que, o las usaban en su cabello o las traían en las manos. Los “compradores”
tomaban lo que querían sin dar nada a cambio, ni dinero ni cualquier otra cosa en
substitución. Mi curiosidad nos llevo hasta el corazón del mercado, por lo que pasamos a
través de los cuerpos de la gente – una experiencia que encontré muy interesante.
Todas mis preguntas parecían ser contestadas en cuanto se me ocurrían: ‘No utilizan
dinero ya que todo pertenece a la comunidad. Nadie hace trampa, la vida en comunidad es
perfectamente armoniosa. Con el paso del tiempo se les ha enseñado a obedecer leyes bien
establecidas y bien estudiadas, que parecían funcionarles perfectamente. La mayoría de esta
gente media entre 160 y 170 centímetros de altura, tenían la piel café claro y los ojos y el
cabello negros, muy similar a la raza polinesia de hoy en día. También había entre ellos
gente blanca, muy alta, de casi dos metros de altura, con cabello rubio y ojos azules y así
también había muchos otros que eran negros. Estos últimos también eran altos como los
blancos, y parecían ser de diversos “tipos”, incluyendo algunos parecidos a los Tamiles de
la India y otros parecidos a nuestros aborígenes de Australia.
Fuimos hacia el puerto, en donde naves de todos tamaños y formas estaban ancladas. Los
muelles estaban construidos con piedras gigantescas, las cuales me “dijeron” que habían
sido traídas desde la cantera de Notora, que se encontraba al sudoeste del continente.
Todo el puerto estaba hecho artificialmente, pudimos ser capaces de ver varias piezas
de equipo muy sofisticado en operación; equipo de construcción de barcos, y maquinas de
carga…
_____________________________________
1. Comentario del Editor basado en la explicación del Autor.
Ahondando en la psicoesfera 101
Las naves del puerto representaban, como ya mencioné, un rango muy amplio, algunas
parecían barcos de navegación de los siglos XVIII y XIX, algunos otros en contraste
parecían yates modernos; desde barcos de vapor hasta ultra modernos buques de carga
propulsados por hidrogeno. Los enormes barcos que estaban anclados en la bahía eran las
naves antimagnéticas y antigravitacionales de las que me habían contado.
Cuando no eran utilizadas, estas flotaban en el agua; sin embargo, cuando llevaban
cargas de miles de toneladas, viajaban a velocidades que iban desde 70 hasta 90 nudos justo
sobre el agua, y todo esto sin emitir sonido alguno.
Se me explico que las naves de estilo “clásico” que se encontraban en el puerto,
pertenecían a personas de tierras lejanas – India, Japón, China – los cuales habían sido
colonizados por Mu, pero que aun no tenían la capacidad para tomar ventaja del avance
tecnológico. Sobre este tema, Lationusi me explico que los lideres de Mu guardaban en
secreto muchos de sus conocimientos científicos, por ejemplo, la energía nuclear, la
antigravitacional y la ultrasónica. Esta política les aseguraba el mantener la supremacía en
la Tierra y garantizaba su seguridad.
La escena fue “cortada”, por lo que inmediatamente nos encontramos de nuevo en el
campo de aterrizaje, de donde podíamos ver la vista nocturna de la ciudad. Estaba
alumbrada, bastante uniformemente, por grandes globos. El Camino de Ra que conducía al
palacio de Savanassa también estaba iluminado. Los globos estaban ubicados en columnatas
esculpidas he iluminaban toda la avenida como sí fuera de día.
Se me explico que estos globos, los cuales eran de forma esférica, convertían energía
nuclear en luz y que tenían la capacidad de funcionar por miles de años sin extinguirse.
Debo confesar que no entendí, pero creí que así debía de haber sido.
La escena cambio de nuevo, esta vez era de día. La gran avenida y los jardines estaban
invadidos por multitudes de personas que vestían de colores brillantes y había una enorme
bola blanca unida a la punta de la pirámide.
Aparentemente, el Rey, al que había visto meditando en la pirámide, acababa de morir,
justo antes de que se formara la multitud.
La bola exploto con mucho ruido, lo que hizo que la gente elevara un grito de alegría.
Esto me dejo atónito, ya que la muerte generalmente inspira lágrimas, pero mis
acompañantes me explicaron lo siguiente:
¡Michel! No recuerdas las lecciones que te hemos enseñado. Cuando el cuerpo físico
muere, el cuerpo Astral es liberado. Esta gente también lo sabe, por eso celebran el
acontecimiento. En tres días, el cuerpo Astral del Rey dejará la Tierra para reunirse con el
Gran Espíritu, ya que este Rey se condujo de manera excepcional durante su ultima vida en
la Tierra, aunque tuvo que cumplir con muchas responsabilidades y difíciles tareas.’
No pude responder, y me sentí apenado de que Thao se diera cuenta de mi olvido.
102 La Profecía de Thiaoouba
De repente, el escenario cambio de nuevo. Nos hallamos en las escaleras frontales del
palacio. Una inmensa multitud se arremolinaba alrededor de nosotros extendiéndose tan
lejos como la “vista” pudiera captar, y a nuestro lado estaba una asamblea de dignatarios,
incluyendo a una figura que vestía el más fino atavío imaginable. Este era el nuevo Rey de
Mu.
Algo de él llamo mi atención. Me era familiar, era como si ya lo conociera pero no lo
podía reconocer. En un instante me llego la respuesta de Lationusi: ‘Soy yo Michel, en otra
vida. No me reconoces pero estas consiente de mis vibraciones astrales en ese cuerpo.’
En efecto, Lationusi estaba experimentando una experiencia extraordinaria dentro de lo
extraordinario!. Lationusi se estaba observando a sí mismo en una vida previa mientras aun
existía en su vida presente!
De las manos de uno de los dignatarios, el nuevo rey recibió una magnifica corona, la
cual se puso.
Se elevo un grito de alegría entre la multitud. El continente de Mu – la nación más
desarrollada del planeta y que reinaba sobre mas de la mitad de este, tenia un nuevo Rey.
La multitud parecía estar delirante de alegría. Miles de pequeños globos adornados y de
un color naranja brillante se elevaron en el cielo y una orquesta empezó a tocar. Los
músicos de la orquesta, los cuales al menos ascendían a 200, tocaban desde plataformas
voladoras estacionadas alrededor de los jardines, el palacio y la pirámide. En cada
plataforma, un grupo de músicos tocaban juntos con unos extraños instrumentos y en tal
manera que el sonido era distribuido como si se hiciera a través de bocinas estereofónicas
gigantescas.
La “música” no era del todo parecida a la que conocemos a excepción de un tipo de
flauta que producía notas de una frecuencia muy especial, todos los instrumentos
modulaban los sonidos de la naturaleza; por ejemplo, el viento, el zumbido de las abejas en
las flores, las canciones de las aves, el sonido de la lluvia cayendo en un lago o el de las
olas chocando en la playa. Estaban tan bien distribuidos que por ejemplo el sonido de ola
originado en los jardines se escuchaba entre nosotros, pasaba sobre nuestra cabeza y
finalmente chocaba en las escaleras de la Gran Pirámide.
Nunca hubiese imaginado que los seres humanos, sin importar su avance, pudieran lograr
un festín parecido a ese arreglo orquestal.
La multitud, los nobles y el Rey, parecían experimentar la música desde sus almas, ya
que parecían estar en trance. Me hubiese encantado escuchar más, permitir que esta canción
de la naturaleza me impregnara. Aun en esta situación psicoesférica-astral, la música
penetraba y el efecto era hechizante. Se me recordó que no estábamos ahí por placer… la
escena desapareció.
Ahondando en la psicoesfera 103
Inmediatamente fui testigo de una extraordinaria reunión precedida por el Rey y la cual
estaba limitada a sus seis consejeros. Se me explicó que el asunto debería ser muy serio
para que el Rey se reuniera solamente con estos seis.
El Rey había envejecido significativamente ya que habíamos avanzado veinte años en el
tiempo. Todos los presentes estaban muy serios, se encontraban discutiendo acerca del valor
técnico de su sismógrafo y yo era capaz de entenderlo todo: ¡podía seguir el curso de la
conversación como si fuera uno de ellos!
Uno de los consejeros clamaba que el equipo había probado ser, en ocasiones, no muy
confiable, pero que esta no era una gran causa de preocupación. Otro aseguraba que el
sismógrafo era absolutamente exacto, ya que el equipo había probado su efectividad en el
momento de la primera catástrofe, la cual había ocurrido en el oeste del continente…
Mientras hablaban, el palacio empezó a temblar, como las hojas de un árbol con el
viento. El Rey se levanto de su asiento, con sus ojos bien abiertos de sorpresa y miedo: dos
de sus consejeros cayeron de sus asientos. Afuera, se escuchaba un fuerte estruendo que
parecía venir del pueblo.
La escena cambió y de repente, estábamos afuera. La luna estaba llena e iluminaba los
jardines del palacio. Todo estaba en calma, en demasiada calma. El único sonido que se
podía escuchar era un estruendo, que provenía desde la orilla del pueblo…
De repente, los sirvientes corrieron del palacio y se dispersaron en todas direcciones.
Muchas de las columnas que soportaban los globos que iluminaban la avenida yacían en el
suelo rotos. Emergiendo rápidamente del palacio, el Rey y su séquito subieron a una
plataforma voladora e inmediatamente se dirigieron al aeropuerto, nosotros los seguimos.
La confusión reinaba alrededor de las naves voladoras que estaban en el campo y en la
terminal. Muchas personas se arrojaban hacia las naves, gritando y empujándose
violentamente. La plataforma voladora del Rey se movía lentamente hacia un vehículo que
permanecía apartado de los otros: el y sus seguidores lo abordaron. Otras naves ya habían
despegado, cuando un sonido ensordecedor se elevo desde las profundidades de la Tierra,
un continuo y extraño sonido que parecía un trueno.
El campo aéreo se separó de repente como si fuera una hoja de papel, y fue envuelto por
una enorme columna de fuego. Las naves que acababan de despegar fueron atrapadas en
medio de las flamas y explotaron. La gente que había estado corriendo en el campo aéreo se
perdió en la grieta. La nave del Rey, que aun permanecía en tierra, se incendio y exploto.
En ese momento, tal como si la muerte del Rey hubiese sido la señal, vimos a la Gran
Pirámide venirse abajo en una sola pieza dentro de la grieta, la cual se había extendido por
toda la meseta, haciéndose más ancha cada segundo. La Pirámide se había balanceado por
un momento en la orilla de la grieta cuando de pronto, con una violenta sacudida, fue
tragada por las flamas.
104 La Profecía de Thiaoouba
Otra vez, la escena cambio. Teníamos una vista del puerto marítimo y del pueblo, que
parecían ondular como si fueran olas en el océano. Los edificios empezaron a colapsar
acompañados por gritos de terror en las escenas de horror que aparecían y desaparecían entre
las flamas.
Ocurrieron explosiones ensordecedoras, originadas desde las profundidades bajo la
superficie de la tierra. Suburbios enteros se hundieron en la tierra; después se hundieron
inmensas piezas del continente. El océano se apresuró a llenar el inmenso abismo que se había
creado y de repente, la meseta entera de Savanasa se hundió en las aguas, como se hundiría un
enorme trasatlántico, pero más rápido. Enormes torbellinos de agua se formaron y dentro de
ellos podía verse gente aferrándose desesperadamente, para naufragar, tratando en vano de
sobrevivir.
Fue horrible ser testigo de tal cataclismo, aun sabiendo que este había ocurrido hace 14,5000
años.
Emprendimos un rápido recorrido por el continente, encontrando en todas partes los mismos
desastres. El agua se precipitaba en olas gigantescas sobre las planicies restantes,
sumergiéndolas. Nos aproximamos a un volcán que acababa de erupcionar, y cerca vimos rocas
que empezaban a moverse, como si una mano gigantesca las estuviera elevando sobre el flujo
de lava y creando montañas frente a nuestros ojos. Esto parecía suceder rápidamente, ya que la
meseta de Savanasa acababa de desaparecer.
La escena desapareció para ser reemplazada por otra.
‘Estamos llegando a Sudamérica Michel, en donde el cataclismo aun no ha tenido efecto.
Echaremos un vistazo a la costa y al puerto de Tiahuanaco. En el tiempo hemos regresado justo
al momento anterior del primer temblor, cuando el Rey de Mu se estaba reuniendo con sus
consejeros.’
Estábamos en el muelle del gran puerto marítimo de Tiahuanaco. Era de noche y la luna
llena iluminaba la tierra, hacia el este, una luz en el cielo anunciaba el alba. Todo estaba en
calma. Guardianes patrullaban el muelle donde numerosos botes estaban anclados.
Unos cuantos ruidosos farderos estaban entrando a un edificio en donde una pequeña luz de
noche brillaba. Aquí podíamos ver algunos de los globos esféricos de Mu, aunque solo unos
pocos.
Volamos sobre el canal, donde podíamos ver varios barcos que se dirigían hacia el mar
interior (ahora Brasil).
Nuestro grupo “vino a descansar” en el puente de un hermoso barco de navegación. Una
gentil brisa que venia del oeste impulsaba la nave. Izaba una pequeña vela, como si atravesara
una zona congestionada con muchos botes. Tenia tres mástiles en la cubierta, muy modernos, y
de aproximadamente 70 metros de altura. A juzgar por el tamaño de su casco, era capaz de
alcanzar velocidades significativas en mar abierto.
Un momento después, nos encontramos en la cabina de un marinero, amueblada con una buena
docena de literas, todas ocupadas.
Ahondando en la psicoesfera 105
Todos estaban dormidos, a excepción de 2 hombres de aproximadamente 30 años, que a
juzgar por su altura, debían de provenir de Mu. Estaban sentados en una mesa, absortos en
un juego, que muy bien pudo haber sido mahjong. Mi atención fue atraída por uno del par –
tal vez más grande que su compañero - cuyo largo cabello negro estaba atado con un
pañuelo. Me atraía como una pieza de metal es atraída por un imán, y en un instante, estaba
frente al, junto con mis compañeros.
Mientras pasaba a través de él, sentí un estimulo casi eléctrico, y una sensación de amor
invadió mi ser, una que nunca había sentido antes. Me sentí como si fuera uno con él y pase
a través de él una y otra vez.
‘Esto se puede explicar muy fácilmente, Michel. En este hombre, te reúnes con tu cuerpo
astral. Este eres tú, en una de tus vidas anteriores. Sin embargo, estas aquí como un
observador y no tiene caso que trates de revivir este tiempo. No te involucres.’
Con pesar seguí a mis acompañantes de vuelta al puente.
De repente, se escucho una fuerte explosión a la distancia, desde el oeste, después, otra
mas cerca. Aun en el oeste, el cielo empezó a brillar. Aun cerca, en medio de fuertes
explosiones, vimos la erupción de un volcán que ilumino el cielo occidental en un radio de
aproximadamente 30 kilómetros.
En el canal y en el puerto, podíamos notar una gran agitación así como sirenas sonando.
Escuchamos pasos, como si corrieran y los marineros de abajo aparecieron en el puente.
Podía ver entre ellos al marinero que “usaba” mi cuerpo Astral, tan asustado como sus
compañeros y sentí una enorme ola de lastima por esta gente azotada por el miedo.
En las afueras del pueblo, en el resplandor del volcán, vi una brillante esfera volar muy
rápidamente hacia el cielo, hasta finalmente, desaparecer de la vista.
‘Si, esa era una de nuestras naves,’ me explico Thao, ‘Observara el cataclismo desde muy
alto. Hay 17 personas a bordo, que harán lo que puedan por ayudar a los sobrevivientes,
aunque estos serán muy pocos. Mira.’
La tierra empezó a temblar y retumbar. Emergieron otros tres volcanes por debajo de la
superficie del océano cercano a la costa, solo para ser hundidos por las aguas tan
rápidamente como habían aparecido. Al mismo tiempo, se elevo una ola causada por la
marea, de aproximadamente 40 metros de altura, la que se abalanzo sobre la costa con un
ruido infernal. Sin embargo, antes de que pudiera alcanzar el pueblo, la tierra bajo nosotros
empezó a elevarse. El puerto, el pueblo y el campo – una sección completa del continente –
se elevaron rápidamente, bloqueando el ataque de las olas. Para poder ver mejor, nos
elevamos ligeramente. Parecía un gigantesco animal arqueando su espalda, como si se
estirara, después de salir de un una madriguera.
106 La Profecía de Thiaoouba
Los gritos de la gente nos llegaban como un chillido Dantesco. Estaban locos de miedo y
pánico, ya que se estaban elevando junto con el pueblo, como si estuvieran en un
montacargas, y parecía que su ascenso nunca se detendría.
Los botes habían sido rotos en pedazos en las rocas, lanzados por el océano, y vi como el
marinero que habíamos dejado atrás era literalmente pulverizado. Uno de mis “Yoes”
acababa de regresar a su fuente.
Parecía que la Tierra estaba remodelando completamente su forma. El pueblo
desapareció mientras enormes nubes negras se movían rápidamente hacia el oeste, bañando
a la tierra con la lava y ceniza que había sido arrojada por los volcanes. Me vinieron a la
mente dos palabras que podían describir esto: ‘Grandioso y apocalíptico.’
Todo se volvió borroso y sentí a mis compañeros cerca de mí. Estaba consciente de la
nube gris – plata que se alejaba rápidamente de nosotros a una vertiginosa velocidad y
entonces, apareció Thiaoouba. Me dio la impresión de que estábamos jalando nuestros hilos
plateados, para así regresar rápidamente a nuestros cuerpos físicos, que parecían estar
esperándonos - grandes como montañas y empequeñeciéndose mientras nos acercábamos.
Mis ojos Astrales apreciaron la belleza de los colores de este planeta “dorado”, después
de haber soportado las pesadillas que habíamos dejado atrás.
Sentí que se retiraban las manos que tocaban mi cuerpo físico. Al abrir mis ojos, mire a
mí alrededor. Mis acompañantes estaban parados, sonriéndome, y Thao me pregunto si me
encontraba bien.
‘Muy bien, gracias. Estoy sorprendido de que aun sea de día.’
‘Claro que aun es de día, Michel. ¿Cuánto tiempo crees que nos fuimos?’
‘Realmente no lo sé. ¿Cinco o seis horas?’
‘No,’ me dijo Thao sorprendida. No más de quince lorses – aproximadamente quince
minutos.’
Entonces Thao y Biastra me tomaran cada una por un hombro y me guiaron hacia afuera
del “cuarto de relajación”, en una explosión de risas ante mi reacción de quedarme
pasmado.

  
  “La profecía de Thiaoouba”  Michel Desmarquet.El libro completo esta en el blog.como Creer no es suficiente.
Usted necesita SABER.

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